Qué comparativa tan interesante...
Qué opináis?
Vale la pena tanta diferencia de precio?
Y si los camparamos con el ASX?
Fuente:
Ford Kuga - Toyota Rav4
Las referencias
Tenemos en nuestras manos dos coches muy parecidos, de características y prestaciones muy similares y de idéntico concepto. Tanto el Ford Kuga como el Toyota RAV4 son de nueva generación y protagonistas principales en su segmento. Ambos aportan novedades interesantes que vamos a cotejar en este comparativo. Las diferencias respecto a sus antecesores son significativas así que intentaremos ir paso a paso para poder compararlas.
Dos coches muy parecidos y con una clara vocación asfáltica, perfectos como familiares. (Fotos Eloy García).Si empezamos por el Kuga, deberemos comentar que, aunque conserva la misma plataforma que su antecesor, la carrocería no tiene ni una pieza en común con aquél. Es más grande -8 cms. más largo-, mejora la habitabilidad y ha ganado 46 litros de maletero. Estéticamente mantiene el “aire” de su antecesor, pese a disponer de una carrocería totalmente renovada. Ahora, además, es un coche global ya que se vende en todo el mundo, Estados Unidos incluido, allí con el nombre de Escape.
El Kuga es un coche muy agradable de conducir y que ofrece un elevado confort.El RAV 4 también llega con una imagen diferente -frontal, pasos de rueda, ópticas traseras- y un interior más amplio, de nuevo diseño y, a mi entender, de gusto peculiar. Estéticamente rompe más con el modelo anterior que el Kuga. Tanto uno como otro tienen cosas buenas en sus interiores y otras no tanto.
Por ejemplo, el salpicadero del Ford tiene un aspecto más “futurista” que el de su rival que, para mi gusto es un poco “soso”, pero dispone de una pantalla de navegador demasiado pequeña, un problema endémico que Ford no acaba de corregir, ni tan siquiera en un coche como éste.
Por su parte, en el Toyota hay más espacio y huecos en la zona delantera, pero presenta un saliente acolchado -poco estético- en la parte baja de la consola central que alberga el equipo de climatización y el botón de arranque pero que incomoda para ver mientras conducimos los botones del modo Sport de que dispone el RAV4 y los de los asientos calefactables.
El Toyota RAV-4 es un coche más dinámico en asfalto, con un cambio mejor adaptado.Amplios interiores
La mayor longitud del Kuga ha permitido que la banqueta trasera incorpore el respaldo reclinable y abatible -60/40- ofreciendo además un buen espacio a sus ocupantes, incluso para el que viaje en el centro, aunque “su” respaldo sea más duro que el del resto al ser al mismo tiempo apoyabrazos cuando lo abatimos. Pese a su condición de 4x4 el túnel de trasmisión no es elevado y prácticamente no molesta a los ocupantes. Con el respaldo plegado -ojo porqué pesa lo suyo- el espacio de carga queda bastante plano con un leve escalón que apenas se nota.
El nuevo RAV4 es claramente mejor es el apartado de habitabilidad. El espacio para las piernas es aún más amplio que en su rival y la banqueta es algo más ancha. La plaza del centro -igual que ocurre con el Kuga-, no es tan confortable pero ofrece un poco más de espacio. El respaldo es también reclinable y dispone de una especie de “cortinilla” horizontal para tapar el hueco que queda con respecto al maletero cuando el respaldo no está reclinado -no así en el Kuga-.
Abatir el respaldo -se realiza con un solo movimiento en ambos coches-, resulta más fácil en el Toyota por su menor peso. Mínima la presencia del túnel de transmisión -menos que en el Ford- y, a diferencia de su rival, dispone de una salida de aire entre los dos asientos delanteros y, opcionalmente, una toma de corriente de 220 v. Si bien es cierto que el RAV4 es un poco más amplio en la zona trasera, también lo es que ambos ofrecen un notable confort.
El Toyota ofrece unas plazas traseras muy amplias, con mucho espacio para las piernas.La plazas delanteras son similares en cuanto a dimensiones -con unos asientos en el Kuga de corte deportivo mucho más atractivos que los del RAV4-, y las mayores diferencias en esa parte del habitáculo llegan de la mano de la estética y de diferentes soluciones para algunos apartados. Ya hemos comentado que el Ford ofrece un salpicadero más atrevido que el de su rival y además dispone de una segunda pantalla en la instrumentación que ofrece con claridad toda la información del ordenador de abordo.
La instrumentación del Toyota es más clásica con tres esferas principales -predominando la central del velocímetro- y que cumple su cometido pese a ser menos atractiva. El Kuga mantiene la estructura de los Ford de nueva generación con toda la “botonería” concentrada en la parte baja central del salpicadero e incorpora una palanca de cambio más elevada situada en la consola central.
Los asientos delanteros del Ford son mejores que los de su rival, por diseño y por sujeción.Ventaja sin ninguna duda para el japonés en cuanto a la pantalla digital -de 6/7 pulgadas en función del tipo de navegador elegido-, colocada en el frontal del salpicadero y con una clara visibilidad. Ya sabéis, todo lo contrario a lo que ocurre con la del Ford… Asimismo, dispone de una bandeja para dejar objetos sobre la guantera principal enrasada con el borde de propio salpicadero. Ambos disponen de varios huecos portabebidas, guantera central entre los asientos, conexiones USB, Bluetooth, etc.
Igual que ha ocurrido con los interiores, los maleteros también han crecido siendo ahora de 456 litros en el Kuga y 547 litros en el RAV4 -con el kit de reparación de pinchazos- y 476 litros con rueda de recambio. En cualquier caso, los dos modelos son vehículos amplios, bien equipados, con amplios habitáculos y maleteros espaciosos. Ideales, por tanto, para un uso familiar que es, en realidad, para lo que están concebidos.
El maletero del RAV es más grande y más práctico. Destaca la red para dejar abrigos.Si se quiere, no falta de nada
Y si no se quiere casi también porque ambos llegan muy bien equipados aunque por vías diferentes. El Toyota cuesta 38.590 € con un equipamiento en el que no faltan los controles de seguridad como el ABS, el de estabilidad -VSC-, la distribución electrónica y asistencia de frenado EBD y BA, sensor de lluvia, botón para el modo Sport -que incide en el rendimiento del cambio, del acelerador, de la asistencia de la dirección eléctrica y del ESP, mantenimiento de trayectoria con avisador de cambio involuntario de cambio de carril -un tanto pesado, la verdad-, cámara de visión trasera, llantas de 18”, sensores de aparcamiento y comodidades como los asientos con calefacción, climatizador bizona pantalla táctil y portón trasero eléctrico, como los elementos de serie más destacables.
No está nada mal, ¿verdad? Como opción sólo se le puede añadir la pintura (perlada o metalizada), el techo solar eléctrico y el navegador con pantalla táctil 7". Veamos que ocurre con el Kuga. El acabado Titanium de nuestra unidad de pruebas también ofrece un buen equipamiento, aunque no tan completo como el del Toyota. Pero el precio tampoco es el mismo, claro.
Salpicadero curioso el del Toyota, con una pantalla perfecta y un saliente exagerado.El Kuga con el equipamiento de serie cuesta 33.230 €, que se quedan en 29.080 con la campaña promocional. Con este precio dispondremos de ABS, ESP, asistente de arranque en pendiente, control de crucero, limitador de velocidad airbags frontales, laterales, de cortina y de rodilla en el lado del conductor, Ford Vectoring Control, llantas de aleación de 17”, faros antiniebla delanteros, sensor de luces y lluvia y control de estabilidad antivuelco (RSC).
Pero si queremos que nuestro Kuga tenga un equipamiento similar al del Toyota sin extras, tendremos que gastarnos algo más de 33.000 € -contando con la ayuda promocional-, es decir que sin ella pasaríamos por poco de los 37.000 €. Pese a que las diferencias se acortan, sigue siendo una clara ventaja para el Kuga porque, ya que, con la promoción, la diferencia es de más de 5.000 €.
El Kuga luce un aspecto más sofisticado y sideral. La pantalla del navegador pide a gritos un cambio.Mejoras dinámicas
Ha llegado la hora de disfrutar de ambos en marcha. Con anterioridad hemos comentado que están muy igualados si nos remitimos a las cifras de los motores 2.0 TDCI del Kuga y 2.2 D4 D del RAV4.Cambios automáticos en las dos unidades, 140 y 150 CV respectivamente, tracción total, consumos parejos -durante el comparativo obtuvimos una media de 8,1 litros con el Toyota y 7,9 litros con el Kuga-, y comportamientos muy similares en autopistas y autovías… En otro tipo de carreteras y fuera de ellas, las cosas cambian.
Ambos han recibido optimizaciones tanto de chasis como de motor en pos de un mejor rendimiento dinámico y un menor consumo, algo que se ha conseguido en parte, como después veremos. El nuevo Kuga dispone de anclajes, copelas y barras estabilizadoras más gruesas, dirección asistida eléctrica con un sensor que administra el grado de dureza de la asistencia y el FVC, es decir, el sistema que simula un diferencial de control electrónico en el eje delanteroy que frena la rueda interior -la que tiene menos adherencia- para que el diferencial mande más par a la rueda que mejor tracciona. Por su parte, el Toyota recibe modificaciones enel tarado de suspensión y en la gestión de la dirección asistida eléctrica.
Asimismo, el RAV dispone de un modo de conducción Sport, que cuando giras el volante pasa automáticamente un 10% de par al eje trasero -para evitar subvirajes-. Dentro del viraje el reparto de par depende de la adherencia de cada rueda variándolo hasta un 50%, para volver a enviar la totalidad de par al eje delantero cuando las ruedas ya están en línea recta.
Este es el orden en asfalto si sólo nos fijamos en el comportamiento dinámico. En confort, las posiciones se invierten.¿Igualdad? Sí pero…
Por vías rápidas, ambos son coches de alto nivel. Cómodos, con buen aplomo, poca rumorosidad y capaces de mantener ritmos ideales para viajar. Escasas diferencias en este tipo de carreteras y prácticamente nada que haga inclinar la balanza hacia uno u otro más allá de los gustos personales. Donde sí hay diferencias es cuando rodemos por carreteras viradas de montaña.
Ahí el Toyota se muestra superior. Y lo consigue a base de un tarado de suspensión más firme, de una mayor agilidad -aunque pesa algo más- y de un cambio que se adapta mejor a ese tipo de carreteras. Durante el comparativo, el RAV4 nos sorprendió por su buen hacer en esas circunstancias, pues no esperábamos esa diferencia tan concreta. Es verdad que el modo Sport le otorga cierta ventaja, pero es que sin él también es más eficaz que el Kuga. Vira mejor, más plano, subvira poco, el motor responde desde apenas 1.200 rpm y se mueve con cierta soltura, incluso en los tramos más lentos.
Menos a gusto se siente el Ford cuando las curvas se suceden sin descanso. La suspensión es más blanda que la de su rival y aunque los controles “lo controlan” todo, se muestra algo más subvirador y menos ágil. Pero nada de todo eso es lo que más penaliza al Kuga en esas circunstancia. Su peor compañero de viaje -por carreteras viradas- es el cambio. Ni en automático ni en modo secuencial -que por cierto sólo se puede accionar mediante un “botón” situado a la izquierda del pomo de la palanca-, ofrece una buena respuesta. El sistema de accionar el secuencial me parece francamente inapropiado, pero tampoco ese es el problema, la limitación llega de la mano de la gestión del propio cambio que, en esas circunstancias, no llega a encontrarse cómodo en ningún momento.
El Kuga tiene una rémora en el cambio automático, muy lento y con un manejo secuencial incómodo.En automático -dependiendo del ritmo al que vayamos y lo pronto o tarde que frenemos antes del viraje- reducirá una marcha o quizá dejará la misma o, lo que es peor, puede llegar a entrar una más larga justo antes de la curva. En modo secuencial -lo entendemos, no es un deportivo-, es extremadamente lento, especialmente en las reducciones, y tampoco se le puede sacar partido.
Definitivamente, en ningún momento tuvimos la sensación de que el Kuga se sintiera a gusto en ese tipo de vías realizando una conducción, no deportiva, pero sí alegre. En ese sentido el Toyota dispone de un cambio que permite alguna “alegría” más cuando le buscamos el lado -digamos- deportivo. Más allá de todo ello, ambos dan la cara en lo que respecta a frenada -aunque el Ford tiene un tacto de freno algo esponjoso-, estabilidad en curva rápida y prestaciones.
Abandonamos el asfalto
El RAV tiene una suspensión más enérgica que controla mejor los balanceos de carrocería.Durante nuestro trayecto por las carreteras de montaña, no pudimos evitar la tentación de “meterlos” en caminos off road y en algún que otro “lío”. Fuera de la carretera también hubo sorpresas. En caminos “rotos” con baches, zanjas no muy profundas y desniveles, el Kuga nos sorprendió con una eficacia claramente superior al Toyota. Pese a su aspecto, su elevada cintura y la altura de sus pasos de rueda, el RAV4 se “maneja” peor que su rival fuera del asfalto. La dureza de suspensión tiene mucho que ver pues en caminos bacheados se nota excesivamente duro, es incómodo y no absorbe las irregularidades como lo hace el Kuga.
También en zonas más complicadas el Kuga sale airoso gracias a una buena tracción y un mayor ángulo de ataque. El RAV se defiende bien en a la hora de traccionar y dispone de control de descenso y de la posibilidad de bloquear el diferencial central para transmitir la mitad del par a cada eje. Los dos se encuentran más a gusto en pistas rápidas en buen estado, pero ambos fueron “valientes” cuando les hicimos vadear un río, subir por el lateral de una roca o atajar por una fuerte bajada. Los dos dieron la cara… pero el Kuga fue el vencedor en la tierra.
Si abandonamos el asfalto, el Kuga se impone en todos los sentidos; tanto en confort como en eficacia.Duros rivales
El japonés es un duro rival para el Kuga y viceversa. Y ambos lo son para el resto del segmento.Son coches de nueva generación, bien equipados, con unas prestaciones notables y capaces de ofrecer todo aquello que se necesita para viajar en familia con comodidad. Y, además, ofrecen ese “puntito” extra que te permite abandonar el asfalto para adentrarte por algún camino.
Hay que reconocer que el cómputo es muy positivo para los dos modelos y es por eso que es difícil decidirse por uno u otro -si no valoramos el tema económico-. Ambos son dos buenos “rodadores” en autopistas y autovías, ambos ofrecen un confort de marcha envidiable y cada uno despunta en algún apartado.
Para quién tenga circular más habitualmente por caminos o pistas el Kuga debería ser la opción correcta. Para el que se desplace por zonas de carreteras viradas, la elección más apropiada sería la del RAV4. Si el uso habitual pasa por circular por ciudad y vías rápidas como autopistas y autovías… ¡cómprate cualquiera de los dos!
Opinión del experto
FORD Kuga
Nos ha gustado
No nos ha gustado
TOYOTA Rav4
Nos ha gustado
No nos ha gustado
Qué opináis?
Vale la pena tanta diferencia de precio?
Y si los camparamos con el ASX?
Fuente:
Ford Kuga - Toyota Rav4
Las referencias
Tenemos en nuestras manos dos coches muy parecidos, de características y prestaciones muy similares y de idéntico concepto. Tanto el Ford Kuga como el Toyota RAV4 son de nueva generación y protagonistas principales en su segmento. Ambos aportan novedades interesantes que vamos a cotejar en este comparativo. Las diferencias respecto a sus antecesores son significativas así que intentaremos ir paso a paso para poder compararlas.
Dos coches muy parecidos y con una clara vocación asfáltica, perfectos como familiares. (Fotos Eloy García).Si empezamos por el Kuga, deberemos comentar que, aunque conserva la misma plataforma que su antecesor, la carrocería no tiene ni una pieza en común con aquél. Es más grande -8 cms. más largo-, mejora la habitabilidad y ha ganado 46 litros de maletero. Estéticamente mantiene el “aire” de su antecesor, pese a disponer de una carrocería totalmente renovada. Ahora, además, es un coche global ya que se vende en todo el mundo, Estados Unidos incluido, allí con el nombre de Escape.
El Kuga es un coche muy agradable de conducir y que ofrece un elevado confort.El RAV 4 también llega con una imagen diferente -frontal, pasos de rueda, ópticas traseras- y un interior más amplio, de nuevo diseño y, a mi entender, de gusto peculiar. Estéticamente rompe más con el modelo anterior que el Kuga. Tanto uno como otro tienen cosas buenas en sus interiores y otras no tanto.
Por ejemplo, el salpicadero del Ford tiene un aspecto más “futurista” que el de su rival que, para mi gusto es un poco “soso”, pero dispone de una pantalla de navegador demasiado pequeña, un problema endémico que Ford no acaba de corregir, ni tan siquiera en un coche como éste.
Por su parte, en el Toyota hay más espacio y huecos en la zona delantera, pero presenta un saliente acolchado -poco estético- en la parte baja de la consola central que alberga el equipo de climatización y el botón de arranque pero que incomoda para ver mientras conducimos los botones del modo Sport de que dispone el RAV4 y los de los asientos calefactables.
El Toyota RAV-4 es un coche más dinámico en asfalto, con un cambio mejor adaptado.Amplios interiores
La mayor longitud del Kuga ha permitido que la banqueta trasera incorpore el respaldo reclinable y abatible -60/40- ofreciendo además un buen espacio a sus ocupantes, incluso para el que viaje en el centro, aunque “su” respaldo sea más duro que el del resto al ser al mismo tiempo apoyabrazos cuando lo abatimos. Pese a su condición de 4x4 el túnel de trasmisión no es elevado y prácticamente no molesta a los ocupantes. Con el respaldo plegado -ojo porqué pesa lo suyo- el espacio de carga queda bastante plano con un leve escalón que apenas se nota.
El nuevo RAV4 es claramente mejor es el apartado de habitabilidad. El espacio para las piernas es aún más amplio que en su rival y la banqueta es algo más ancha. La plaza del centro -igual que ocurre con el Kuga-, no es tan confortable pero ofrece un poco más de espacio. El respaldo es también reclinable y dispone de una especie de “cortinilla” horizontal para tapar el hueco que queda con respecto al maletero cuando el respaldo no está reclinado -no así en el Kuga-.
Abatir el respaldo -se realiza con un solo movimiento en ambos coches-, resulta más fácil en el Toyota por su menor peso. Mínima la presencia del túnel de transmisión -menos que en el Ford- y, a diferencia de su rival, dispone de una salida de aire entre los dos asientos delanteros y, opcionalmente, una toma de corriente de 220 v. Si bien es cierto que el RAV4 es un poco más amplio en la zona trasera, también lo es que ambos ofrecen un notable confort.
El Toyota ofrece unas plazas traseras muy amplias, con mucho espacio para las piernas.La plazas delanteras son similares en cuanto a dimensiones -con unos asientos en el Kuga de corte deportivo mucho más atractivos que los del RAV4-, y las mayores diferencias en esa parte del habitáculo llegan de la mano de la estética y de diferentes soluciones para algunos apartados. Ya hemos comentado que el Ford ofrece un salpicadero más atrevido que el de su rival y además dispone de una segunda pantalla en la instrumentación que ofrece con claridad toda la información del ordenador de abordo.
La instrumentación del Toyota es más clásica con tres esferas principales -predominando la central del velocímetro- y que cumple su cometido pese a ser menos atractiva. El Kuga mantiene la estructura de los Ford de nueva generación con toda la “botonería” concentrada en la parte baja central del salpicadero e incorpora una palanca de cambio más elevada situada en la consola central.
Los asientos delanteros del Ford son mejores que los de su rival, por diseño y por sujeción.Ventaja sin ninguna duda para el japonés en cuanto a la pantalla digital -de 6/7 pulgadas en función del tipo de navegador elegido-, colocada en el frontal del salpicadero y con una clara visibilidad. Ya sabéis, todo lo contrario a lo que ocurre con la del Ford… Asimismo, dispone de una bandeja para dejar objetos sobre la guantera principal enrasada con el borde de propio salpicadero. Ambos disponen de varios huecos portabebidas, guantera central entre los asientos, conexiones USB, Bluetooth, etc.
Igual que ha ocurrido con los interiores, los maleteros también han crecido siendo ahora de 456 litros en el Kuga y 547 litros en el RAV4 -con el kit de reparación de pinchazos- y 476 litros con rueda de recambio. En cualquier caso, los dos modelos son vehículos amplios, bien equipados, con amplios habitáculos y maleteros espaciosos. Ideales, por tanto, para un uso familiar que es, en realidad, para lo que están concebidos.
El maletero del RAV es más grande y más práctico. Destaca la red para dejar abrigos.Si se quiere, no falta de nada
Y si no se quiere casi también porque ambos llegan muy bien equipados aunque por vías diferentes. El Toyota cuesta 38.590 € con un equipamiento en el que no faltan los controles de seguridad como el ABS, el de estabilidad -VSC-, la distribución electrónica y asistencia de frenado EBD y BA, sensor de lluvia, botón para el modo Sport -que incide en el rendimiento del cambio, del acelerador, de la asistencia de la dirección eléctrica y del ESP, mantenimiento de trayectoria con avisador de cambio involuntario de cambio de carril -un tanto pesado, la verdad-, cámara de visión trasera, llantas de 18”, sensores de aparcamiento y comodidades como los asientos con calefacción, climatizador bizona pantalla táctil y portón trasero eléctrico, como los elementos de serie más destacables.
No está nada mal, ¿verdad? Como opción sólo se le puede añadir la pintura (perlada o metalizada), el techo solar eléctrico y el navegador con pantalla táctil 7". Veamos que ocurre con el Kuga. El acabado Titanium de nuestra unidad de pruebas también ofrece un buen equipamiento, aunque no tan completo como el del Toyota. Pero el precio tampoco es el mismo, claro.
Salpicadero curioso el del Toyota, con una pantalla perfecta y un saliente exagerado.El Kuga con el equipamiento de serie cuesta 33.230 €, que se quedan en 29.080 con la campaña promocional. Con este precio dispondremos de ABS, ESP, asistente de arranque en pendiente, control de crucero, limitador de velocidad airbags frontales, laterales, de cortina y de rodilla en el lado del conductor, Ford Vectoring Control, llantas de aleación de 17”, faros antiniebla delanteros, sensor de luces y lluvia y control de estabilidad antivuelco (RSC).
Pero si queremos que nuestro Kuga tenga un equipamiento similar al del Toyota sin extras, tendremos que gastarnos algo más de 33.000 € -contando con la ayuda promocional-, es decir que sin ella pasaríamos por poco de los 37.000 €. Pese a que las diferencias se acortan, sigue siendo una clara ventaja para el Kuga porque, ya que, con la promoción, la diferencia es de más de 5.000 €.
El Kuga luce un aspecto más sofisticado y sideral. La pantalla del navegador pide a gritos un cambio.Mejoras dinámicas
Ha llegado la hora de disfrutar de ambos en marcha. Con anterioridad hemos comentado que están muy igualados si nos remitimos a las cifras de los motores 2.0 TDCI del Kuga y 2.2 D4 D del RAV4.Cambios automáticos en las dos unidades, 140 y 150 CV respectivamente, tracción total, consumos parejos -durante el comparativo obtuvimos una media de 8,1 litros con el Toyota y 7,9 litros con el Kuga-, y comportamientos muy similares en autopistas y autovías… En otro tipo de carreteras y fuera de ellas, las cosas cambian.
Ambos han recibido optimizaciones tanto de chasis como de motor en pos de un mejor rendimiento dinámico y un menor consumo, algo que se ha conseguido en parte, como después veremos. El nuevo Kuga dispone de anclajes, copelas y barras estabilizadoras más gruesas, dirección asistida eléctrica con un sensor que administra el grado de dureza de la asistencia y el FVC, es decir, el sistema que simula un diferencial de control electrónico en el eje delanteroy que frena la rueda interior -la que tiene menos adherencia- para que el diferencial mande más par a la rueda que mejor tracciona. Por su parte, el Toyota recibe modificaciones enel tarado de suspensión y en la gestión de la dirección asistida eléctrica.
Asimismo, el RAV dispone de un modo de conducción Sport, que cuando giras el volante pasa automáticamente un 10% de par al eje trasero -para evitar subvirajes-. Dentro del viraje el reparto de par depende de la adherencia de cada rueda variándolo hasta un 50%, para volver a enviar la totalidad de par al eje delantero cuando las ruedas ya están en línea recta.
Este es el orden en asfalto si sólo nos fijamos en el comportamiento dinámico. En confort, las posiciones se invierten.¿Igualdad? Sí pero…
Por vías rápidas, ambos son coches de alto nivel. Cómodos, con buen aplomo, poca rumorosidad y capaces de mantener ritmos ideales para viajar. Escasas diferencias en este tipo de carreteras y prácticamente nada que haga inclinar la balanza hacia uno u otro más allá de los gustos personales. Donde sí hay diferencias es cuando rodemos por carreteras viradas de montaña.
Ahí el Toyota se muestra superior. Y lo consigue a base de un tarado de suspensión más firme, de una mayor agilidad -aunque pesa algo más- y de un cambio que se adapta mejor a ese tipo de carreteras. Durante el comparativo, el RAV4 nos sorprendió por su buen hacer en esas circunstancias, pues no esperábamos esa diferencia tan concreta. Es verdad que el modo Sport le otorga cierta ventaja, pero es que sin él también es más eficaz que el Kuga. Vira mejor, más plano, subvira poco, el motor responde desde apenas 1.200 rpm y se mueve con cierta soltura, incluso en los tramos más lentos.
Menos a gusto se siente el Ford cuando las curvas se suceden sin descanso. La suspensión es más blanda que la de su rival y aunque los controles “lo controlan” todo, se muestra algo más subvirador y menos ágil. Pero nada de todo eso es lo que más penaliza al Kuga en esas circunstancia. Su peor compañero de viaje -por carreteras viradas- es el cambio. Ni en automático ni en modo secuencial -que por cierto sólo se puede accionar mediante un “botón” situado a la izquierda del pomo de la palanca-, ofrece una buena respuesta. El sistema de accionar el secuencial me parece francamente inapropiado, pero tampoco ese es el problema, la limitación llega de la mano de la gestión del propio cambio que, en esas circunstancias, no llega a encontrarse cómodo en ningún momento.
El Kuga tiene una rémora en el cambio automático, muy lento y con un manejo secuencial incómodo.En automático -dependiendo del ritmo al que vayamos y lo pronto o tarde que frenemos antes del viraje- reducirá una marcha o quizá dejará la misma o, lo que es peor, puede llegar a entrar una más larga justo antes de la curva. En modo secuencial -lo entendemos, no es un deportivo-, es extremadamente lento, especialmente en las reducciones, y tampoco se le puede sacar partido.
Definitivamente, en ningún momento tuvimos la sensación de que el Kuga se sintiera a gusto en ese tipo de vías realizando una conducción, no deportiva, pero sí alegre. En ese sentido el Toyota dispone de un cambio que permite alguna “alegría” más cuando le buscamos el lado -digamos- deportivo. Más allá de todo ello, ambos dan la cara en lo que respecta a frenada -aunque el Ford tiene un tacto de freno algo esponjoso-, estabilidad en curva rápida y prestaciones.
Abandonamos el asfalto
El RAV tiene una suspensión más enérgica que controla mejor los balanceos de carrocería.Durante nuestro trayecto por las carreteras de montaña, no pudimos evitar la tentación de “meterlos” en caminos off road y en algún que otro “lío”. Fuera de la carretera también hubo sorpresas. En caminos “rotos” con baches, zanjas no muy profundas y desniveles, el Kuga nos sorprendió con una eficacia claramente superior al Toyota. Pese a su aspecto, su elevada cintura y la altura de sus pasos de rueda, el RAV4 se “maneja” peor que su rival fuera del asfalto. La dureza de suspensión tiene mucho que ver pues en caminos bacheados se nota excesivamente duro, es incómodo y no absorbe las irregularidades como lo hace el Kuga.
También en zonas más complicadas el Kuga sale airoso gracias a una buena tracción y un mayor ángulo de ataque. El RAV se defiende bien en a la hora de traccionar y dispone de control de descenso y de la posibilidad de bloquear el diferencial central para transmitir la mitad del par a cada eje. Los dos se encuentran más a gusto en pistas rápidas en buen estado, pero ambos fueron “valientes” cuando les hicimos vadear un río, subir por el lateral de una roca o atajar por una fuerte bajada. Los dos dieron la cara… pero el Kuga fue el vencedor en la tierra.
Si abandonamos el asfalto, el Kuga se impone en todos los sentidos; tanto en confort como en eficacia.Duros rivales
El japonés es un duro rival para el Kuga y viceversa. Y ambos lo son para el resto del segmento.Son coches de nueva generación, bien equipados, con unas prestaciones notables y capaces de ofrecer todo aquello que se necesita para viajar en familia con comodidad. Y, además, ofrecen ese “puntito” extra que te permite abandonar el asfalto para adentrarte por algún camino.
Hay que reconocer que el cómputo es muy positivo para los dos modelos y es por eso que es difícil decidirse por uno u otro -si no valoramos el tema económico-. Ambos son dos buenos “rodadores” en autopistas y autovías, ambos ofrecen un confort de marcha envidiable y cada uno despunta en algún apartado.
Para quién tenga circular más habitualmente por caminos o pistas el Kuga debería ser la opción correcta. Para el que se desplace por zonas de carreteras viradas, la elección más apropiada sería la del RAV4. Si el uso habitual pasa por circular por ciudad y vías rápidas como autopistas y autovías… ¡cómprate cualquiera de los dos!
Opinión del experto
FORD Kuga
Nos ha gustado
- Equipamiento/precio
- Comportamiento en Off Road
- Aplomo y confort en autovías
- Consumo inferior al de su rival
No nos ha gustado
- Cambio automático lento
- Pantalla del navegador pequeña
- Tacto de frenos esponjoso
- Respaldos traseros muy pesados
TOYOTA Rav4
Nos ha gustado
- Comportamiento en asfalto
- Espacio en las plazas traseras
- Agilidad en zonas viradas
- Rendimiento del motor en baja
No nos ha gustado
- Estética interior discutible
- Avisador de cambio carril "pesado"
- Dureza suspensión en off road
- Precio más elevado
