Filtro de partículas (FAP o DPF): fuente de problemas
El
filtro de partículas, conocido como
FAP o
DPF, es un elemento ubicado en el tubo de escape que se encarga de retener todas las partículas sólidas generadas por los motores diésel. Este elemento tuvo que introducirse en los vehículos por parte de los fabricantes con la llegada de la norma Euro 5 en 2009, que pretendía reducir la contaminación generada las impurezas de las partículas que emiten los coches diésel que, aunque no son las más peligrosas, sí tienen una alta capacidad para entrar en el organismo de las personas.
Ver el archivo adjunto 54846
Este
filtro de partículas se va llenando de esas partículas, y cuando llega a un nivel es necesario eliminarlas.
Ver el archivo adjunto 54847
Entonces se inicia un proceso denominado
regeneración que se encarga de incinerarlas, reduciendo de esta forma el nivel de emisiones contaminantes. Pero para llevar a cabo la regeneración, el filtro de partículas necesita que
el vehículo circule durante una media hora aproximadamente por encima de unas 2.500 rpm. De esta forma
los gases de escape alcanzaran una temperatura lo suficientemente elevada (de unos 650 grados)
para que se incineren las partículas sólidas. Durante este proceso de regeneración el consumo de combustible aumenta entre un 10-15% y el sonido del motor se vuelve un poco más grave, y además no se debe interrumpir en más de tres ocasiones, ya que entonces el sistema nos alertará con un testigo en el cuadro indicando que está pendiente la regeneración, ya que por algún motivo no se pudo llevar a cabo, y que debemos acudir al servicio técnico para realizarla.
El
problema se agrava cuando esta regeneración no se termina realizando y el filtro de partículas acaba colmándose. Y llegados a este punto la avería es muy costosa, ya que el
precio medio de un filtro de partículas suele estar en los
1.200 €, a lo que hay sumar el coste por mano de obra del servicio de sustitución de este componente, lo que puede llegar a suponer un
desembolso de 2.000-2500 € para el propietario del vehículo.
Y este problema se puede agravar mucho más, cuando cada uno de
los sensores/sondas que llevan estos filtros de partículas empiezan a averiarse por tiempo/obsolescencia programada ... y no suelen ser uno o dos sensores, sino que en algunos modelos pueden llevar hasta 8 ó 10 sensores y/o sondas de distinto tipo. Entonces este problema se convierte en la ruina para el propietario.
Video donde un mecánico explica este problema y el coste que puede suponer reparar las averías relacionadas con este componente.